
A
lo largo de estos trece relatos que se contienen bajo el título de Todo Muere,
todos ellos con diferente extensión, desde el inicio con Oración, de apenas un
par de párrafos o otros de mayor extensión como Voces en la Niebla, Marc no
dejará en ningún momento que bajemos la guardia. Todo Muere es el claro ejemplo
de que Marc R. Soto ha encontrado la senda para inquietarnos, para seducirnos y
dejarnos pegados a sus páginas.
Si hay una emoción que nos acompaña durante
todos los días de nuestra vida es sin duda el miedo. No el miedo hollywoodiense
de fanfarria, sino ese miedo cotidiano que es como una uña acariciándonos la
columna vertebral, como una pregunta sin respuesta rebotando en el interior de
nuestra cabeza:
¿Prefieren mis padres a mi hermano pequeño?
¿Me harán daño los seres que amo?
O, peor aún, ¿se lo haré yo algún día?
¿Quedarán todas las injusticias sin castigo?
¿Moriré en soledad?
Éstas son algunas de las preguntas que se
hacen en un momento u otro los protagonistas de este libro; preguntas que son
la antesala del horror.
Preguntas en apariencia inofensivas que
clavan en ellos sus diminutos y afilados dientes tal y como lo hacen en todos
nosotros, condicionando nuestra existencia, recordándonos una y otra vez que no
importa lo que hagamos, que no importa cuánto nos esforcemos... porque al fin y
a la postre, desde la cuna hasta la tumba todo muere.

Tras “Los
muertos no caminan y otros cuentos”, “El hombre divergente” y “Largas
noches de lluvia”, “Todo muere”
es su cuarto libro de relatos.
El título encierra la gran verdad: todos morimos. Me llaman la atención aquellas personas que piensan que son inmortales.
ResponderEliminarSaludos
David