El microrrelato de hoy viene a cargo de Irene Comendador, una persona con la que ya he trabajado en la corrección de sus relatos en la antología Sé que Estás ahí, y que amablemente se ha prestado a escribir un texto para el blog. Aquí os dejo a La Mujer sin Nombre.
Obsesionada con Elvis, peinada de igual forma y
escuchando Clementine dentro de su cabeza.
Paseaba a cámara lenta y se depilaba los brazos
para sentir mejor el aire. De gesto endurecido a causa de las heridas pasadas y
las decepciones del ayer, ella siempre fingía, siempre demostraba estar dormida
cuando le hablaban directamente. El pitillo colgaba flácido y encendido de su
boca, cegando sus pestañas y obligando a sus ojos a entornarse. Era una chica
dura, era una mujer atormentada por su enfermedad inexistente, por su
comportamiento cambiante y la necesidad de parecer de piedra en todo
momento.
Por las mañanas lloraba a escondidas bajo sus
sábanas, se destapaba con la furia de un titán para afrontar el día, y barría
de su cuerpo el sudor con duchas frías y estropajo de aluminio. Pensaba que
tenía que quitar todo lo soñado durante la noche de la forma más dolorosa, con
la esperanza de no volver a pasar por ello.
El miércoles dobló la esquina del cementerio con
la intención de obviar el camino de baldosas que conducía hasta su tumba, pero
como de costumbre, sus pasos la traicionaron y terminó sentada sobre la lápida
de granito. Talladas las letras en plata con la inscripción de aquel nombre tan
afilado y destructivo. “Algún día conseguiré traerte de vuelta”… repetía
en voz baja, asustando a las viejas viudas que la rodeaban. Se tumbó boca abajo
y pegó la mejilla a la tapa mortuoria, concentrando la mirada en algún punto
lejano e irreal. Allí, en el horizonte de su imaginación estaba él con los
brazos cruzados, erguido sobre un montículo de arena y mirándola directamente a
los ojos. Ella perdió la noción del tiempo y se quedó dormida a varios metros
del cadáver enterrado.
La noche llegó pasadas unas horas, acompañada de
la luna llena y brillante que daba sombra al cuerpo de la mujer sin nombre. No
despertó hasta que las gotas de lluvia empaparon su cuerpo, su ropa de cuero
negro. Su tupé cuidadosamente peinado en la mañana se había consumido. Los
mechones de pelo oscuro y corto enmarcaban sus facciones. El frío caló hasta
sus huesos y el corazón se quedó helado. Un segundo antes de despegar su piel
de la tumba, escuchó el golpear de la madera bajo la tierra. Uñas que arañaban
el interior de la caja. El ataúd estaba cobrando vida. Muy lejos de sentir
miedo, se incorporó poniéndose de rodillas sobre las letras de la inscripción,
y con las palmas pegadas al granito, repasó el contorno con la yema de los
dedos. “Despierta” dijo entre dientes, sin saber si se lo decía a ella misma
o era una orden para el hombre allí enterrado desde hacía diez años.
La música volvió a su cabeza, la ropa mojada
reducía su movilidad, el olor a muerte saturaba su nariz, y como si sus
plegarias, al fin, se hubiesen escuchado, la lápida se abrió.
Escritora madrileña del 80, lectora compulsiva,
adicta a la escritura y multifacética con respecto a los géneros
literarios.
Fue la ganadora del I Concurso de Microrrelatos Eróticos de R21 en
diciembre del 2011, ganó el Certamen XI Premio Sexto Continente de
relato erótico de Radio Nacional de España (REE) en junio de 2012 y
quedó en segundo lugar en el concurso de relato largo zombi en la web
All Zombies en agosto de 2012.
Sus publicaciones hasta la fecha en papel:
“Microantología del microrrelato III” Editorial Irreverentes en octubre
de 2011,
“200 baldosas al infierno” Editorial Tyrannosaurus Books en Marzo de
2012,
“Arkham. Relatos de horror cósmico” Editorial Tyrannosaurus Books en
junio de 2012,
“Sé que estás ahí” Editorial Seleer en noviembre de 2012,
“Leyendas Urbanas” Editorial Universo en octubre de 2013.
Trabaja como columnista en el periódico “La Red 21”, con artículos sobre
la sexualidad; escribe para la web “Con un par de tacones”, junto con
varias compañeras de letras; es colaboradora en la web Action Tales, en
la sección de “Femme Fatales”, y colabora también en la Revista
bimensual “FanZine”, además de pertenecer a la asociación ESMATER
(Escritores madrileños de terror).
Está a la espera de varias publicaciones más, antes del inicio del
próximo año, y sigue caminando por la cuerda floja de las musas
rebeldes.
Twitter: https://twitter.com/irenecomendador
Muchas gracias Fernando por permitirme estar en tu rincón, es todo un placer ^_^
ResponderEliminarOfreces siempre una ventana al mundo literario que es digna de mención XD
Un beso muy fuerte y repito, gracias por todo!
A ti por prestar a mi blog un poquillo de tu saber hacer en el mundo de la literatura. Una buena muestra de lo que eres capaz de orecer en relatos más largos y seguro, en próximas novelas ;)
ResponderEliminarAbrazos,
Fer