21 jun 2010

Ilusión


Chan siguió de cerca a Won, aunque solo era unos meses mayor que él sentía que debía protegerle. Despacio, sin hacer ruido bajaron las escaleras y contuvieron la respiración, la habitación estaba repleta de juguetes de todas las formas y colores maravillosos para dos niños de 6 años, Won tardó unos momentos en decidir y al final cogió un coche lleno de botones que lanzaba cohetes, Chan sin dejar de vigilar le dijo:

-¿Crees que serás capaz? Parece complicado.

Dolido en su orgullo Won se giró y con una mirada impropia de su corta edad respondió:

-Sabes que sí, llevo aquí el mismo tiempo que tú y nunca he fallado.

Encogiéndose de hombros Chan regreso a su cama, dejando al pequeño desmontando el juguete.

En pocas horas se levantarían como cada día, para fabricar juguetes, con los que otros niños en otro lugar, jugarán y reirán con la ilusión del que cree, que se hacen en el polo Norte.

12 comentarios:

  1. La ilusión es lo último que se pierde. ¿O es la esperanza?

    Fer

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  2. Supongo que es la esperanza, pero quién no lo intenta no lo conseguirá.

    Saludos
    L;)

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  3. Unos trabajan para que otros jueguen. Me quedó un poso algo amargo de esta ironía de la vida. No sé si quiso lo mismo el autor.

    Un saludo indio

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  4. Bonito texto... lleno de ilusión. Saludos

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  5. Me encanta cómo has montado este texto, tanta dulzura que esconde algo muy espeluznante detrás ;)

    Un beso,
    Mun

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  6. Te leo...
    que como estanlas cosas, ya tiene tela.

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  7. Me deja un mal sabor de boca este post..
    Unos pequeñines trabajando para que otros igual o más pequeños que ellos puedan jugar..
    La vida a veces es tan injusta!
    Buen domingo y abrazos.

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  8. Bonito texto: espero que la ilusión por hacer bien las cosas de unos, siga sustentando la de los otros. Espero que me devuelvas la visita.

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  9. Es curioso que pasen los años y sigamos mirando para otro lado, las noticias en prensa y television estremecen el alma tan rapido como despues son olvidadas.
    Textos como estos sin ambicion solo intentan devolver a las conciencias unos segundos de alerta.

    Un abrazo a tod@s del Bardo

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  10. Me ha recordado a los poemas de Songs of Innocence and experience de Blake, donde critica la situación de niños pequeños cuyos padres, si los tienen, van a misa a rezar mientras sus hijos van a limpiar las chimeneas.

    Sé que no es exactamente lo mismo, pero me he acordado y quería compartirlo : )

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