Su amor fue tan intenso que les dejó con agujetas. Transcurrido el tiempo obligatorio junto a ella, se alejó sin despedirse, realmente estaba cansado. Los años no pasaban en balde, pero él siempre estaba al acecho en el parque.Otora había sido un buen ejemplar, su pelo antes negro y rizado, como el de su padre, le daba un aire juguetón, pero ahora le quedaba menos y además empezaba a cojear, por las noches siempre durmiendo en la calle. Se giró un momento para ver a la que habia sido su última amante y ladeando la cabeza le lanzo un gruñido cariñoso, realmente había estado bien, era mas joven que él, tanto que podría ser su padre y teniendo en cuenta el tiempo que llevaba en el parque, a lo mejor lo era...
Que más da. A fin de cuentas no tenía que pasarle la pensión alimenticia, es lo bueno de ser un vagabundo y un perro, claro.
Imagen: ~Jorge-Yorch
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