Alguien le contó alguna vez que cuando las gaviotas notan que se acerca su final, emprenden un último vuelo cientos de kilómetros mar adentro, para después dejarse mecer con el ritmo de las olas mientras esperan a que su corazón deje de latir.
Notó el final de su relación una noche de febrero. Algo le hizo presentir que todo iba a terminar a pesar de la aparente calma que reinaba en el ambiente. Intentó no llorar cuando lo dejaban, intentó ser fuerte, un hombre, un jodido héroe. Pero no pudo evitar que las lágrimas bañaran su mejilla.
Emprendió la marcha miles de kilómetros y dejó que su corazón se meciera con el vaivén del tiempo. Si hoy lo encuentras en el metro, vestido de traje, con la sonrisa ajada y la mirada perdida, verás un alma que flota a la deriva.
Justo como una gaviota que presiente su final...
Imagen: Pinchof
Y las alas de su alma plegadas contra el pecho...
ResponderEliminarCarpe Diem
Intentaré hacerle reír si me lo cruzo por el Metro, para que al menos por un momento olvide que hay llegado ese final y sienta que le agardan otros principios.
ResponderEliminarMuy bueno el relato. Pobre gaviota..
ResponderEliminarUn abrazo
aaaahhh q lindo pobre termino como la gaviota
ResponderEliminarBuen relato:)
ResponderEliminarEs verdad que los finales se suelen ver venir, muy bueno.
ResponderEliminarBiquiños!!!
Los finales se presienten mucho antes de que vengan...
ResponderEliminarExcelente relato
Un buen relato, me ha gustado. Los finales es cierto, se ven venir, o se sienten venir, pero menos la muerte, siempre puede haber un nuevo empezar, que la gaviota, cuando le falle el corazón no tendrá.
ResponderEliminarSaludos.
Melancolía mar adentro y nueva vida bajo tierra. No somos ná.
ResponderEliminarHuir. Qué gran solución, verdad?
ResponderEliminarMe encantan estos relatos, cortos, directos y siempre me hacen pensar.
ResponderEliminarMuuuuuuuuuacks!
¿Quién no hizo eso alguna vez?
ResponderEliminarMuy bueno!!!
ResponderEliminarQué relato más terriblemente triste... nunca hay que darlo todo por perdido... siempre queda alguna lucecita para la esperanza.
ResponderEliminarVaya q triste...preciosa historia.
ResponderEliminarSaludos de la chica marciana.
Me gusto mucho este escrito, hay almas que se pierden y estan en un continuo viaje, tal vez sin rumbo fijo.
ResponderEliminarSaludos :)
No hace falta acercarse al metro.. míra a tu alrededor, verás a más de uno con esa sonrisa puesta de papel y sin rumbo fijo en la vida...
ResponderEliminarUn beso desde el norte.
Pues yo creo que es una bonita manera de dejarse llevar...mar adentro (pero en el caso de la gaviota, claro)
ResponderEliminarQue pena de gaviota. Gran relato.
ResponderEliminarSaludos.
Es triste presentir que algo llega a su final, sin embargo es mejor apartarce aún cuando este hecho duela en el corazón.
ResponderEliminarSaludos
estupendo relato...
ResponderEliminarEra otoño y contemplé aquellas hojas marchitas,
ResponderEliminarque en otro tiempo tuvieron el verdor y la belleza,
de ser parte de una rama o flor de naturaleza...
y de pronto...
entendí que al mismo tiempo mi amor se desvanecia.
Entonces me alejé mar adentro para olvidar....
Un saludo
Estoy segura de que algun vez remontará el vuelo. Intentare convencerle si me lo encuentro. Un beso grande
ResponderEliminarTambién lo hace el elefante, y el gorila de espalda plateada cuando debe retirarse, y la ballena que con calma se dirige a la orilla, y...
ResponderEliminar¡Ay, el hombre!, el único animal que no sabe despedirse del pasado.
¡ suéltame pasado !
:) Besos per tutti
Oh... no puedo ver almas a la deriva...
ResponderEliminarBesicos
A veces presentimos las cosas porque vemos señales de que algo no va bien, aunque no seamos conscientes de ello. Cuando se tiene esa sensación, debemos tratar de ser objetivos y ver esa marea negra para limpiarla.
ResponderEliminarUn beso,
Mun
El infitino mar se va llenando ... :(
ResponderEliminarQué triste, y qué bueno a la vez...
ResponderEliminarSaludos!
Hola fer! esto está hermoso!!... eso de las gaviotas lo había leído, es triste pero a la vez es una hermosa forma de morir.
ResponderEliminarSentimos morir cuando alguien nos deja pero a la vez ese dolor nos dice que estamos vivos, morimos viviendo y eso es horrible, pero siempre pasa.
Que bella forma de morir la de la gaviota, me pregunto si nosotros pudiésemos sentir cuando vamos a morir actuaríamos de esa forma..uhmm no lo sé
Qué bonito relato, me ha emocionado y todo ;P Esperemos que el hombre vuelva a levantar el vuelo, que hay más peces en el mar...
ResponderEliminardirty saludos¡¡¡¡¡¡
Los animales, siempre con sus presentimientos, ¿Porque notarán tanto las cosas?
ResponderEliminarMe ha encantado el relato, bien es cierto que los finales se ven venir, y tambien es cierto que el alejarse que no huir agiliza en cierto modo el olvido tan necesario para algunas personas.
ResponderEliminarEn algún momento de la vida somos frágiles gaviotas mecidas por el vaivén de la vida.
ResponderEliminarExcelente relato, me ha encantado.
No conocía esta curiosidd de las gaviotas. Interesante
ResponderEliminarMe encantó.
ResponderEliminar...demasiadas almas se ven a la deriva en el metro creo yo...Bonito relato...
ResponderEliminarLa verdad vivo en una zona costera y a pesar de la indigente cantidad de gaviotas que viven por aquí, no suelo ver muchos de sus cuerpos muertos.
ResponderEliminarTampoco tenemos metro, por lo que difícilmente podría ayudar a esa alma solitaria, pero si conozco a otras muchas en parecida situación.
Un abrazo.
Creo que todos tenemos el corazón a la deriva, una brújula desorientada con incierto final.Lo que importa es que en nuestro ùltimo viaje seamos capaces de escuchar el sonido del mar para dejar nuestro último latido.Felicitaciones
ResponderEliminarAgrdezco su comentario a mi poema "Pan Bendito" y me gustaría que leyera los poemas siguientes que estoy ingresando a mi blog como un homenaje a la artesanía de mi país.
Diana de los Ángeles Torres de Ospina