8 abr 2013

El Ebro

El microrrelato que os traigo hoy viene de las teclas de mi buen amigo Óscar Bribián. Con este texto ganó el certamen Heraldo 2011. Así pues, estáis delante de un micro con "pedigrí". Disfrutadlo.

El Ebro.

Esta primavera decidí beberme el río Ebro, una ancha y sinuosa arruga que atraviesa la tierra aragonesa. 

Abordé mi plan con absoluta determinación, como quien afronta convencido un proyecto insondable. Cada ruborizado atardecer me agachaba junto a la orilla y sorbía despacio, durante horas. Me tragaba todo lo que llegaba a mi boca: agua, barro, peces, troncos a la deriva, todo. Saciado, volvía a casa contento, viendo detrás de mí a un gigante reducido poquito a poco. No le conté a nadie mi secreto, hasta que la gente empezó a advertir el descenso de caudal. 

Llegó el verano y se podían ver los peces en el fondo, y las basuras que los niños arrojaban. Todos hablaron de deshielos, cambios climáticos y falta de lluvias. Tontos, ninguno cree que fui yo cuando declaro mi culpa desde el puente.


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