La semana pasada iniciamos nuestra nueva
sección de microrrelatos con una colaboración de Emilio Bueso titulada Refractario.
Ahora, David Jasso responde a su relato con una historia que retoma su premisa y
la lleva más allá. Un mundo calcinado y dos autores enfrentados. No sabemos cómo
acabará esto. De momento os dejo con ello.
«Prended fuego al mundo», bramó el profeta, «Dios tiene un
lanzallamas». Y le hicieron caso. Comenzó como una revolución, se convirtió en
una liberación y concluyó en exterminación. Ahora el humo se alza en penachos tan
oscuros como sueños sucios, y la tierra que pisan los pocos supervivientes es
una renegrida corteza de árbol muerto. Dios logró su objetivo, terminó con
calles y edificios, con villas y riberas. Solo unos pocos sobrevivieron entre
cenizas y hollín. Ahora vagan por las pavesas con la expresión aturdida de
quien ha salido ileso de un accidente.
Pero el diablo ha contraatacado: no consentirá que Dios se
salga con la suya con tanta facilidad, no. Las llamas son demasiado
purificadoras. El fuego es demasiado limpio. Y recurre a un arma terrible y
cruel: implantar en los humanos la esperanza. La esperanza sin sentido, como
siempre. Y una vez más, la vida se revuelve. El diablo no puede consentir que
todo acabe bien. Los lengüetazos del fuego son demasiado dulces, prefiere que
suframos con sueños que nunca se cumplirán.
Que sobreviva el mundo. El diablo, siempre tan atroz, nos ha
dado esperanzas.
David Jasso ha trabajado como
periodista en prensa, radio y televisión. Su
trayectoria como autor arranca con una obra claustrofóbica como es “La silla”,
hoy convertida en novela de culto. Después llegaron otros trabajos como “Cazador
de mentiras” (junto a Santiago Eximeno), “Día de perros”, “Feral”, “El pan de
cada día” o “Abismos”. Ha ganado varios premios Ignotus y Nocte. Y ha publicado
decenas de relatos en antologías y revistas. En la actualidad se encuentra
trabajando en su nueva novela “Lo que ves cuando cierras los ojos”, una
historia malsana y enfermiza, según confiesa. Todo lo contrario a un libro de
autoayuda: una novela de autodestrucción del lector.
Qué bueno, qué cierto es que la esperanza, en muchos casos, la debe traer el diablo.
ResponderEliminarNo conocía a este autor. Buscando en google me acabo de leer la sinopsis de "La silla" y la verdad es que promete.
ResponderEliminarGracias por tu visita, Alcorze ;)
ResponderEliminarAmadeo, La Silla es una novela de las imprescindibles, si vistas las entradas que están etiquetadas como #20de20, verás que es una de las novelas que señalo. Y a partir de ella, he trabajado con David en sus posteriores libros.
Fer