Como he ido anunciando y avisando estos días atrás, el blog inicia una nueva temporada, una reconversión de este espacio en algo más plural. Y para empezar, nada más y nada menos que este micro, cortesía de un gran amigo del que aquí escribe. Con todos vosotros, Refractario (de Emilio Bueso).
Que ardan todos los libros de cuentas y los coches y el Empire State Building y hasta el último centro comercial. Que se posen mil palomas piojosas sobre los rescoldos de las enormes piras funerarias. Que peguen fuego a los alcantarillados y a las redes del metro, tras anegar los intestinos de la ciudad con gasolina. Y que las masas contemplen las luces desde los lindes de las áreas metropolitanas, con los mismos ojos de pirómano con los que ahora miran las televisiones.
Que no quede ni una sucursal bancaria sin su cóctel molotov. Que arda Troya como ardió Roma y como arderá hasta la última pedanía cuando venga lo que tiene que venir. Prendedlo todo en llamas y que el humo se nos meta en las narices para siempre, no quiero volver a oler la mierda ni las flores ni nada que no sea la chamusquina. Nada de volver a saborear la carne cruda, las pastillas o el vino. Quiero vivir en un mundo incombustible, ignífugo, refractario. Que sea el amianto la próxima moneda de curso legal, que se disuelvan los cuerpos de bomberos y que los extintores se expongan en los museos al aire libre y los cráteres de los volcanes.
Que se consuma el mundo. Dios tiene un lanzallamas.
Emilio Bueso nace en Castellón, en 1974. Es ingeniero de sistemas. Su trayectoria
como autor arranca en el realismo sucio y se adentra en la narrativa de
terror, género que ha cultivado publicando relatos en diversas
antologías y firmando las novelas Noche Cerrada (Verbigracia, 2007) y Diástole (Salto de Página, 2011, reciente ganadora del premio Celsius 2012). Su relato recogido en Aquelarre, antología del cuento de terror español actual en esta misma colección, le ha valido los premios Nocte (2011) y Domingo Santos (2009).
Cenital (publicada a mediados de 2012) es su primera novela de anticipación. Probablemente también la última, pues no cree que el porvenir dé para mucho más.
"Probablemente también la última, pues no cree que el porvenir dé para mucho más".
ResponderEliminarEsta frase me ha gustado. No me extraña que su libro Cenital pueda ser el último, escribir ha dejado de ser interesante. Hay demasiados escritores para tan pocos lectores.
Pedro Cirauqui.
Demoledor y sucio, y aun así bello, como Emilio sabe hacer.
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